miércoles, 27 de noviembre de 2013

CRÓNICA DE UN PARTO: el después

Después del parto, me pasaron a una sala de observación con el peque, y mi hermana fue a buscar a Raúl. Se quedó ella con Aday lo que quedaba de noche, para que Raúl pudiese bajar conmigo. Cuando entró por la puerta se quedó asombrado... Por lo visto, cuando llego mi hermana a la habitación estaba dormido, y le dijo que bajase a paritorios que Leo ya había nacido. Se pensaba que era una broma. Por eso cuando bajo, y nos vio a los dos allí, no podía ni creérselo. Normal... No me lo creía ni yo!!! Un parto de hora y media!!! Vamos que lo de la horita corta, en este caso no fue un dicho, sino una realidad jeje.

Leo nació bastante morado, pero afortunadamente, a pesar del susto, se encontraba bien. Estuvo un par de días con un color un poco raro, y le costaba muchísimo regular la temperatura, pero poco a poco fue espabilando y el morado fue desapareciendo.

Respecto a mi... La recuperación fue rapidísima. Nada más subir a la habitación ya me puse de pie, y estaba con una energía inmensa, a pesar de haber dado a luz hace unas horas y del día que había tenido (monitores,  paseo para arriba y paseo para abajo, el ingreso de Aday...). Sigo sin saber que es dar a luz sin epidural, y orgullosísima de que sea así, porque con Leo me había planteado intentar dar a luz de forma natural como lo hice con Aday, y lo conseguí: sin epidural, sin oxitocina, ni nada de nada.
De lo que no me libre tampoco esta vez fue de la episiotomía. Además he tenido un hematoma bastante grande (que todavía no se ha reabsorvido del todo), pero que afortunadamente no me ha dado nada de guerra. Por lo visto, como el parto fue tan "explosivo", por eso me ha salido. Las enfermeras flipaban, no hacían más que ofrecerme calmantes para el dolor, pero la verdad es que no los he necesitado.
Lo que si que he tenido que no tuve con Aday son los famosos "entuertos". Después de dar a luz, tienes contracciones durante un par de días más o menos, para que el útero vaya volviendo a su estado normal. Dicen que con el primer parto no se suelen notar, pero que a partir del segundo se van haciendo cada vez más dolorosas. Yo con Aday no note nada, pero con Leo si que he tenido contracciones bastantes dolorosas, sobretodo cuando le daba de mamar. Pero bueno, nada que no se pueda soportar, y como tampoco era algo constante, no necesite tomarme nada para el dolor.

Lo único malo de mi estancia en el hospital, es que he estado mucho tiempo sola... Como Aday estaba ingresado también, Raúl no podía estar conmigo todo el tiempo que nos hubiese gustado. Menos mal que no era primeriza y sabía manejarme yo sola jeje. Pero aunque supiese como tenía que cuidar a Leo, la verdad es que eche mucho de menos a Raúl en esos primeros momentos de vida de nuestro pequeño. Pero bueno, Aday le necesitaba mucho más que yo... Menos mal que fueron poquitos días, porque di a luz la madrugada del viernes, y el domingo después de comer ya nos dieron el alta y nos fuimos para casita.

viernes, 15 de noviembre de 2013

CRÓNICA DE UN PARTO: el durante

Me dejaron ingresada porque tenía una fisura en la bolsa. En la ecografía vieron que el peque estaba bien. Lo único que observaron que tenía mucho líquido para estar de 40 semanas (y eso que tenía una fisura e iba perdiendo líquido jeje). Me hicieron un tacto y me dijeron que estaba dilatada de 1 centímetro y tenía borrado el cuello del útero un 60% más o menos. Me llevaron a monitores para ver como estaba la cosa, y según lo que viesen, me provocarían el parto en ese momento (porque llevaba ya más de 24 horas con la bolsa rota) o esperarían a provocarmelo por la mañana. Tenía contracciones pero seguían sin ser rítmicas. Viendo los monitores, pensaron que lo mejor era esperar toda la noche, porque había posibilidades de que me pusiese de parto sola. Así que me cogieron una vía para ponerme suero y antibiótico por el tema de la bolsa rota, y me subieron a la habitación donde pasaría la noche. Me pegue una ducha, y llego el momento de organizarnos: quien se iba a quedar con quien. Raúl quería estar conmigo, pero le convencí para que se quedase con Aday por la noche para que no extrañase tanto... Ya que yo no podía estar con él, por lo menos que estuviese su padre. Le dije a mi hermana que se fuese a descansar a casa, y que le avisaría si notaba algo, pero se empeño en quedarse conmigo por si acaso. Y menos mal que se quedo...

Entre unas cosas y otras nos fuimos tarde a la cama. La idea era dormir toda la noche y descansar, pero cuando me eche, tuve la intuición de que no iba a dormir nada. Y no me equivocaba... A la 1.30 más o menos empecé a tener contracciones un poco molestas. Eran cada 4 minutos más o menos... Así que empezaba la fiesta... A las 2 de la mañana, ya tenía contracciones bastantes dolorosas, y le pedí a mi hermana que avisase a alguien para que me viese, porque creía que ya estaba de parto. Mi hermana me dijo que tenía que aguantar un poco, porque las contracciones tenían que ser rítmicas cada 3 minutos y durante una hora, y yo no llevaba ni media hora con contracciones. Pero me dieron dos contracciones en las note al niño muy abajo y de repente me entraron muchas ganas empujar. Me recordó a la sensación que tuve con Aday cuando iba a nacer ya. Como insistí tanto, mi hermana llamó para que viniese alguien a verme. Vino un ginecólogo residente y me hizo un tacto. No dijo absolutamente nada, ni si había empezado a dilatar, ni nada de nada. Simplemente dijo que bajase a hacerme unos monitores a ver como iba. El camino de la 4ª planta a la 2ª se me hizo interminable... Yo sólo quería empujar, pero como hasta que no te dan el visto bueno, no puedes empujar por si te desgarras, intentaba con todas mis fuerzas aguantarme. Tenía unos dolores horribles... Mi hermana aviso a Raúl que bajábamos a paritorios. 

Llegamos a paritorios y yo no hacía más que decir que tenía muchas ganas de empujar... Pero seguían sin mirarme... Me estaban poniendo las correas, y mi hermana, como me vio así y vio que no me estaban haciendo ni caso, me dijo: Pues empuja. Y dicho y hecho, empuje y rompí aguas a lo bestia. El problema es que el peque venía totalmente enredado con el cordón, y al romper aguas, el niño bajo de golpe y el cordón debió de pegarle un tirón en el cuello, lo que le provocó bradicardias (le bajo el ritmo cardíaco, para que me entendáis). Cuando empecé a oír en el monitor un pitido, vi la cara de mi hermana y a las dos chicas que estaban conmigo correr como locas, sabía que la cosa no iba bien. Después de que pasase todo, mi hermana me explicó que menos mal que al romper aguas vieron que la cabeza del enano estaba ya ahí, que sino era cesárea de urgencia asegurada, porque el niño no podía estar más tiempo dentro de la barriga. Me llevaron a paritorios corriendo y tuve mucha suerte, porque en tres empujones Leo estaba ya fuera. Todo esto ocurrió en 10 minutos... Fue tan rápido, que a Raúl no le dio tiempo ni a bajar. 

CRÓNICA DE UN PARTO: el antes

Después de todo, al final Leo se retrasó dos días de la fecha probable de parto, y decidió nacer el viernes 8 de noviembre. Pero la historia hay que empezar a contarla, precisamente desde el día en que estaba previsto que naciese: el miércoles 6 de noviembre.

Esa tarde salí a dar un paseo con Aday como de costumbre, y cuando estábamos llegando a casa, al agacharme para darle un gusanito, note como un líquido caliente. Me dije: "una de dos: o he roto aguas, o me he meado...". Cuando llegue a casa, tenía la braga empapada, pero como no había sido algo escandaloso (como cuando rompí aguas con Aday, que rompí la bolsa a lo bestia...), no estaba segura de si lo que había perdido era líquido de la bolsa, orina o flujo. Me cambie de braguita para ver si seguía mojando o no. El caso es que por la noche no observe pérdida de líquido como por la tarde, así que pensé que habría sido otra cosa. Esa noche, Aday durmió fatal por culpa de los mocos y la tos, y cuando me levanté a dormirle a las 4 de la mañana porque el pobre estaba llorando, volví a mojar como me había pasado por la tarde. Hice lo mismo: me cambie la ropa interior para ver que pasaba. A las 6 me tocó levantarme otra vez y me volvió a pasar. Ya empecé a mosquearme un poco... Como esa mañana tenía monitores, y tampoco estaba segura al 100%, decidí esperarme y comentárselo al ginecólogo en la consulta. Total, por unas horas más, tampoco pasaría nada... Además era muy raro, porque era muy poco líquido y encima no era algo constante.

Total, que el jueves 7, me fui al hospital a las 9.15 de la mañana que tenía monitores. Los monitores como siempre, Leo se movió poquísimo, y me toco tomarme un zumo con azúcar a ver si se activaba el tío. Estuve conectada una hora. Tuve contracciones como las otras veces, pero seguían sin ser rítmicas. Me dijeron de todas formas, que tenía pinta de que me iba a poner de parto en cualquier momento, porque se observaba cierta irritabilidad uterina. Que razón tenían jeje. Después fui a buscar a mi ginecólogo para que me viese, con tal mala suerte que no estaba ese día en el hospital, porque le había tocado ir al Centro de Salud de la Alamedilla. Mi hermana le pidió como favor a otra ginecóloga (que encima fue la que me atendió el parto de Aday), que si podía echarme un vistazo, y como estaba de guardia, quedamos con ella a las 6.30 de la tarde. Y después de pasar toda la mañana en el hospital, por fín nos fuimos a casa de mis padres dando un paseo.

Cuando llegamos a casa de mis padres, nos encontramos con Aday malísimo. Le costaba respirar, hacía un ruido raro y tenía muchos mocos y mucha tos. Mi hermana me dijo que si quería que lo bajásemos al hospital o al centro de salud. Me asusté un poco, porque para que mi hermana diga de bajar al médico, eso significaba que el niño estaba malo de verdad. Decidí bajar al hospital, porque si tenían que hacerle alguna prueba o algo, en el centro de salud no le iban a poder hacer nada. Así que nos bajo mi padre en el coche. Llegamos de nuevo al hospital a las 13.30. En cuanto vieron al niño, le pusieron aerosoles para que respirase. El primero no le hizo nada. Le pusieron un segundo y tampoco. Con el tercero empezó a remontar un poco, pero no era suficiente. Al pobre le costaba mucho respirar. Estuvo con oxígeno para que no se fatigase tanto. Estuvieron todo el mediodía y parte de la tarde intentando por todos los medios que mejorase, pero como la mejoría era muy poca, a las 18 o así de la tarde decidieron ingresarle. Aday tenía bronquiolitis y había que ponerle aerosoles cada 4 horas y estar conectado al oxígeno para que pudiese respirar.

Sobre las 19.30 nos subieron ya a la habitación, y deje a Aday con su padre y con los abuelos, y yo me fui con mi hermana a ver a la ginecóloga. Al principio, al verme dijo que no tenía mucha pinta de que hubiese roto la bolsa, pero cuando me metió el espéculo, salió líquido y la tira dio positivo: tenía una fisura en la bolsa y había que ingresarme. Me dio un bajonazo... Estaba deseando que llegase el momento, pero con Aday ingresado en el hospital, la cosa cambiaba... 

jueves, 14 de noviembre de 2013

LEO (8 de noviembre de 2013, 03.30h)

Cada vez que miraba a Aday, pensaba que jamás podría querer a nadie como lo quiero a él.
El día que conocí a Leo, descubrí que estaba equivocada...

Este es LEO. Nació el viernes 8 de noviembre a las 03.30 de la mañana. Pesó 3 kilos 740 gramos y midió 51 centímetros.



miércoles, 6 de noviembre de 2013

Y LLEGÓ EL DÍA...

Hoy es 6 de noviembre, y en teoría es mi "fecha probable de parto". Pero vamos, no tiene mucha pinta de que vaya a ser hoy el día. Si hace dos meses, alguien me hubiese dicho que iba a llegar a mi fecha (y probablemente pasarla), no me lo hubiese creído. Está visto que esto nunca se sabe... Algunas tienen amenaza de parto prematuro y luego acaban con una provocación en la semana 41; otras sin previo aviso un día se levantan en la semana 36 y rompen aguas; unas están con contracciones durante el último mes pero no se acaban de poner de parto; otras no han tenido ni una sola contracción en todo el embarazo y de repente una mañana empiezan y en unas horas tienen a sus peques... Es imposible adivinar cuando, ni como va a llegar el momento. Lo único que está claro, es que tarde o temprano llega...
Molestias y dolores ya sabéis que tengo desde hace tiempo, pero esto no acaba de animarse... No sé porque...

Mañana tengo monitores otra vez (mis terceros monitores) y esta vez creo que también me van a hacer un tacto para ver como va todo. Espero que me den una sorpresa y me digan que ya estoy algo dilatada o que tengo borrado el cuello del útero, porque eso significaría que el gran día está más cerca. Aunque también cabe la posibilidad de que me digan que estoy más verde que una lechuga jeje. Bueno, mañana saldremos de dudas...

Lo malo de todo esto, es que pasando la fecha probable de parto, todo se hace más cuesta arriba todavía... Para empezar el tema de los monitores, ya no vas cada semana, sino que vas un día si, un día no. Y con lo poco que me gusta a mi ir a monitores... Es que es un coñazo... Primero por el madrugón que me meto y le toca meterse a Aday, que tengo que andar mareando a mis padres para que se queden con el peque, mi hermana que también les deja a mi sobrino el pequeño para poder venir conmigo, el camino hasta el hospital que me pilla un poco lejos (aunque realmente aquí en Salamanca tampoco es que haya muchas distancias, pero con un barrigón de 40 semanas, os puedo asegurar que se hace pesado hasta ir a comprar el pan). Y encima como yo me tiro una hora en monitores cada vez que voy, más lo que me toca esperar para pasar a consulta... Vamos, que estoy toda la mañana en el hospital para nada...
El único alivio es que como me toca ir mañana que es jueves, por lo menos no empezaré a ir un día si un día no, hasta la semana que viene, porque como se mete por medio el fin de semana... Así que tengo de margen otros 4 días para ponerme de parto jeje.

Luego está el tema de la inducción, que es inevitable empezar a planteárselo por si se da el caso... Normalmente, por lo que tengo entendido, ya no dejan que llegues a la semana 42, y en cualquier momento de la semana 41 te pueden decir que te inducen el parto. Eso siempre y cuando todo vaya bien, porque si ven algo raro te lo inducen ya en la semana 40. Lo bueno de todo esto, es que como mucho a Leo le quedaría semana y media, 2 semanas más en la tripita. Lo malo, es que me da pánico que tengan que inducírmelo... No por el tema del dolor, sino porque hay un alto porcentaje de inducciones que acaban en cesárea y no me gustaría que mi parto fuese así...

En fin... ya veremos como se desarrolla todo...

SEMANA 39

El jueves 31 volvimos a monitores por segunda vez. Y otra vez que me tire allí conectada a las correas una hora. Esta vez probé desayunando un vaso de leche con dos donuts (que me dijo mi hermana que a ella era lo que más le funcionaba). Pero vamos, que me dio igual... Empezó moviéndose un poco, se quedo dormido, volvió a moverse otro poco, y volvió a quedarse dormido. Pero bueno, por lo visto el niño reacciono mucho mejor en estos monitores que en el anterior.
Tuve otra vez contracciones, encima dos de las buenas. En el monitor anterior, las contracciones llegaban a 60 más o menos en intensidad. En este, tuve varias de esas y otras dos que superaban los 100. Me ha explicado mi hermana, que las contracciones por debajo de 90 en intensidad se consideran "normales", pero a partir de 90-100, ya se consideran contracciones de las buenas (de parto, por así decirlo).
Después de los monitores pase a consulta. Esta vez no me pudo ver mi ginecólogo porque estaba saliente de guardia, y me vio una residente que estaba en el hospital. Me explico que estaba todo bien, que el niño reaccionaba a las contracciones, que es lo importante. También me dijo que tenía que empezar a controlar el tema de las contracciones y calcular el tiempo que había entre una y otra, porque a lo mejor ahora estaba teniéndolas cada 20 minutos, y poco a poco se iban acortando los tiempos... Me cito otra vez a monitores el día 7 de noviembre (un día después de mi fecha probable de parto). Aún así me ha dicho, que con esas contracciones, que a cualquier cosa que note: perdida de líquido, sangrado, contracciones más dolorosas o más seguidas... que vaya a urgencias.
Por lo demás, todo igual. Con molestias y dolores, y cada vez con más ganas de que nazca Leo!!!