miércoles, 29 de agosto de 2012

PRIMER DIA SIN PAPA...

Hoy Raúl ha tenido que volver al trabajo después de un mes de vacaciones (15 días de baja por paternidad y 15 días de vacaciones de verano). Ahora empieza una nueva etapa en la que tendremos que adaptarnos los tres a nuevas rutinas. Es una pena la verdad, y yo voy a echar mucho de menos el poder estar los tres juntos todo el día. Además, aunque es cierto que los primeros meses el mayor peso recae en la mujer (por el tema de la lactancia), a mi Raúl me ha ayudado mucho con el peque y con la casa, y gracias a él, este mes no ha sido tan agobiante como podía haber sido. Supongo que tendré que acostumbrarme poco a poco a hacer las cosas sola...

TE VAMOS A ECHAR MUCHO DE MENOS PAPI!!!!

sábado, 25 de agosto de 2012

EVOLUCIÓN DEL EMBARAZO

Como sabéis, durante todo el embarazo, Raúl le hizo fotos a mi barriga para ver como crecía semana a semana. Aquí tenéis un montaje de todas ellas







jueves, 9 de agosto de 2012

DIEZ DIAS (y diez noches)

Aday ya tiene diez días de vida, pero en el mundo de los niños los días tienen 40 horas en vez de 24, o al menos así lo parece cuando eres madre, así que en realidad, se puede decir que ya es casi un adolescente.
El mundo de los niños no es el "País de Nunca Jamás", sino la "República Independiente de mi casa". En todo momento y a todas horas él es quien marca el ritmo y las normas.
Jamás había pasado tanto tiempo pendiente de alguien, de si respira, de que no se arañe, de que no se enfríe, de si vomita, de si tiene hipo... Si hace algún ruido raro, ya estamos su padre y yo mirando por encima de la cuna a ver que le pasa. Estamos cansados y con ojeras. Es difícil mantenerse despierta todo el día, sobretodo a las cuatro de la mañana cuando le estás dando el pecho. Por suerte, parece que el peque se va amoldando poco a poco al horario europeo y ya sólo se despierta tres o cuatro veces a lo largo de toda la noche. Poco a poco nos estamos acostumbrando a tener menos tiempo para nosotros, a salir dos horas más tarde de lo previsto, a tener que parar a la media hora de salir para darle el pecho, a dormir poco...Mentiría si dijera que no cuesta... Cuesta, pero no importa. Es sin lugar a duda, el "trabajo" más gratificante que existe en el mundo.

OTRO SUSTO...

No ganamos para sustos con este muchacho... Aday nació el lunes, nos dieron el alta el miércoles y el sábado tuvimos que volver al hospital con él. El jueves, el niño empezó a ponerse amarillo y el viernes más todavía. Vino su tío a verle a casa (es lo bueno de tener un pediatra en la familia jeje) y nos dijo que si el sábado seguía igual de amarillo o más, lo llevásemos al hospital que estaba él de guardia. El sábado seguía amarillo, así que nos toco bajar al hospital. Le miraron, le hicieron una analítica y tuvieron que dejarle ingresado porque tenía la bilirrubina muy alta. Le pusieron debajo de unas lámparas (el tratamiento se llama fototerapia) para bajarle la bilirrubina. Afortunadamente, el lunes ya pudimos llevárnoslo a casita otra vez, pero fueron tres días muy duros sin nuestro pequeño... Íbamos al hospital a verle y a darle el pecho cada tres horas, y cada vez que salíamos de allí, nos íbamos peor de lo que habíamos ido. Pero bueno, es agua pasada y el peque ya está estupendamente y con nosotros, que es lo que importa.

FOTOS DEL HOSPITAL







martes, 7 de agosto de 2012

CRÓNICA DE UN PARTO: el después

Después del parto, pasamos a una sala de observación los tres. Raúl y yo no podíamos dejar de mirar al peque. Es increíble que esa cosita hubiese salido de dentro de mi, que esa cosita fuese nuestra... Aprovechamos para sacarle a Aday sus primeras fotos, mandar mensajes, colgar alguna foto en el facebook... Los primeros besos, las primeras caricias, las primeras palabras... Fue un momento mágico, la primera vez que estábamos los tres solos, la nueva familia. Una enfermera me ayudó a ponerme a Aday por primera vez al pecho. Se agarró enseguida, aunque no creo que sacase nada todavía...

Llegó el momento de subir a planta. Pero antes de subirnos nos sacaron a la puerta de paritorios para que mis padres pudieran vernos. Recuerdo ese beso al niño y a mi con mucho cariño. Primero estuvimos en una habitación con otra chica, pero a las tres horas o así nos cambiaron a otra habitación solos (es la suerte de estar "enchufados"). Estábamos cansados, pero también muy ilusionados. No queríamos perdernos ni un segundo de las primeras horas de vida de nuestro hijo, y a pesar de llevar toda la noche sin dormir, no pudimos ni echarnos una siesta, estuvimos despiertos todo el día.
La habitación 427 sería nuestra casa durante dos días. Allí recibimos las primeras visitas, los primeros regalos, las primeras felicitaciones... Allí empezamos a conocer a nuestro hijo y él a nosotros, y empezamos a coger experiencia en nuestra nueva labor de padres.
El miércoles al mediodía nos dieron el alta y pudimos irnos a casita.

lunes, 6 de agosto de 2012

CRÓNICA DE UN PARTO: el durante

Como tenía contracciones cada 4 minutos, dudaron si llevarme a una habitación o bajarme ya a paritorios. Decidieron subirme a planta para que estuviese más tranquila. Me quede con mi hermana a solas porque Raúl fue a por la bolsa que habíamos preparado para el hospital y a cambiarse a casa de pantalones (porque había un cartel en la puerta de paritorios que ponía que no podían entrar con pantalones cortos ni zapatillas, y Raúl iba en bermudas y con chanclas jeje). Cuando llegó, mi hermana se fue para casa y nos quedamos solos en la habitación. La idea era intentar dormir algo, pero los dolores empezaron a aumentar. Sabía que cuando me empezase a doler podía pedir la epidural, y decidí no hacerme la valiente. Quedaba mucha noche por delante y tenía que guardar las fuerzas para más adelante. Llamamos a la enfermera y vino la ginecóloga a explorarme. Estaba dilatada de 3 centímetros. La cosa iba rápido y decidieron bajarme ya a paritorios para ponerme la epidural.

Nos bajaron a paritorios y nos metieron en una sala de dilatación. Bajo la anestesista al poco rato a ponerme la epidural. Me llevaron a otra sala sola para pincharme y ponerme un bolo (no sé exactamente lo que es, pero así era como lo llamaron). Luego volvieron a llevarme a la sala de dilatación donde estaba Raúl esperándome y me pusieron el segundo bolo. Pero las cosas se complicaron un poco... Tuve una bajada de tensión muy grande y empece a marearme. La sala se empezó a llenar de gente para intentar estabilizarme y echaron a Raúl. Yo no me enteré de mucho de lo que pasó en esos momentos. Cuando empecé a recuperarme vino lo peor... A Aday le había bajado mucho la frecuencia cardiaca (a 72 pulsaciones por minuto) y estaban todos pendientes del latido de mi enano por si había que hacer una cesárea de urgencia. Dejaron pasar otra vez a Raúl, que el pobre entró muy asustado. Había llamado a mi hermana porque se dió cuenta de que las cosas no iban bien... Afortunadamente sólo fue un susto y Aday empezó a recuperarse poco a poco. La mala noticia fue que no podían arriesgarse a ponerme otra vez la epidural, así que tendría que dar a luz sin anestesia.

Estuve media hora tranquila porque el primer bolo de la epidural hizo efecto, pero luego empezaron otra vez los dolores... Me desesperé un poco porque estaba dilatada sólo de 4 centímetros (la epidural había frenado el trabajo de parto), quedaba mucho por delante y si ya me dolía así, pensé que no soportaría lo que quedaba por venir. Bueno eso, y que me puse nerviosa porque en la habitación de al lado había una tía que no dejaba de gritar y que me hizo perder también a mi los papeles. Pedí otra vez la epidural (a pesar de que Raúl decía que estaba loca después de lo que había pasado), pero me dijeron que no podían ponérmela. A las 8 de la mañana cambio el turno de anestesista y valoraron ponerme un "raqui" (una anestesia que me dormiría de cintura para abajo durante un par de horas). Pero en el supuesto caso que tuviesen que hacerme una cesarea y la cosa se alargase más de dos horas tendrían que ponerme anestesia general. El caso es que cuando iban a pincharme sentí muchas ganas de empujar. La ginecóloga me exploró y sorpresa: estaba de 8 centímetros. Vieron que empujando la cosa se aceleraba y me dejaron empujando sola con Raúl. Fue un alivio, porque asi las contracciones se llevaban super bien. Dolían, pero estaba haciendo lo que el cuerpo me pedía y me encontraba mejor. Raúl me agarraba la mano cada vez que tenía una contracción y la verdad es que en esos momentos no sé que hubiese hecho sin él. Me apoyó muchísimo y fue una ayuda grandísima. Hubo un momento que sentí la cabeza del peque y Raúl llamó a la matrona. Me miró y se sorprendió. La cabeza ya estaba ahí!!! Me llevaron corriendo a paritorios. Aday iba a nacer ya!!!

En paritorios todo ocurrió muy deprisa. En tres empujones ya tenía a mi pequeño llorando encima de mi. Fue impresionante. Como no tenía epidural noté todo, y es una sensación preciosa notar a tu peque salir. Cuando le vi, se me olvidó todo lo que había pasado. Tanto dolor tenía su recompensa.

CRÓNICA DE UN PARTO: el antes

Parecía que la cosa estaba verde. El miércoles había ido a monitores y a la ginecóloga, y a pesar de que tenía contracciones, el cuello del útero ni se había borrado ni dilatado, simplemente estaba blando, lo que hacía indicar que la cosa podía ir para largo... Pero fíjate por donde que el domingo 29 de julio me puse de parto y Aday quiso adelantarse una semana a la fecha que estaba previsto que naciera.

Me levante por la mañana estupendamente, buscando alguna señal que me hiciese sospechar que iba a ponerme de parto, pero nada... ni barriga baja, ni cara hinchada, ni nada de esas cosas que dicen las abuelas que te pasan días antes de dar a luz. Ni siquiera había expulsado el tapón mucoso que dicen que precede al trabajo de parto. Por la mañana estuve limpiando toda la casa y por la tarde fuimos a la piscina de mi hermana. Raúl me dijo que podíamos ir dando un paseo para ver si Aday se decidía a salir. La ida la hice muy bien, la vuelta no tanto... Al salir de casa de mi hermana noté una cosa extraña, me miré, pero como no estaba mojada ni nada, no le di importancia. Fui todo el camino con alguna que otra contracción, pero tampoco me resultó raro, porque no era la primera vez que al andar tenía contracciones. El caso es que nada más llegar a casa e ir al baño, solté el dichoso tapón y rompí aguas (todo a la vez jeje). Al principio no estábamos seguros, pero cuando noté que seguía mojando no había ninguna duda, había roto aguas a las 9.15 de la noche. El momento se acercaba!!! Llamé a mis padres y a mi hermana y nos preparamos para irnos al hospital.

Nos fuimos a urgencias a las 11.30 de la noche. Mi hermana estaba esperándonos en la puerta (como trabajan mi cuñado y ella en el hospital, conocía a la ginecóloga de guardia esa noche). Me exploraron y vieron que el líquido era claro, así que no había prisas para provocar el parto. Estaba dilatada de un centímetro. Me dejarían ingresada por la noche y por la mañana, si no me había puesto de parto, me lo provocarían. La sorpresa fue que al conectarme a monitores, vieron que ya tenía contracciones rítmicas cada 4 minutos. Se sorprendieron porque según ellas no tenía mucha cara de parto. La verdad es que me dolian un poco las contracciones, pero nada que no se pudiese soportar... El momento había llegado. Aday estaba de camino!!!

ADAY (30 de julio de 2012, 10.35h)

Hay momentos en la vida en que no existen palabras... él porque no sabe, y nosotros porque no podíamos.
Al final no hubo ninguna foto más de mi barriga... Es gracioso, porque la última vez que escribí en el blog fue el domingo 29 por la mañana y sin saberlo, por la noche me pondría de parto.

Ahí lo tenéis: ADAY. Nació el lunes 30 de julio a las 10.35 de la mañana. Pesó 3 kilos 100 gramos y midió 48 centímetros. Para nosotros el niño más bonito del mundo!!!

Su primera foto