lunes, 6 de agosto de 2012

CRÓNICA DE UN PARTO: el antes

Parecía que la cosa estaba verde. El miércoles había ido a monitores y a la ginecóloga, y a pesar de que tenía contracciones, el cuello del útero ni se había borrado ni dilatado, simplemente estaba blando, lo que hacía indicar que la cosa podía ir para largo... Pero fíjate por donde que el domingo 29 de julio me puse de parto y Aday quiso adelantarse una semana a la fecha que estaba previsto que naciera.

Me levante por la mañana estupendamente, buscando alguna señal que me hiciese sospechar que iba a ponerme de parto, pero nada... ni barriga baja, ni cara hinchada, ni nada de esas cosas que dicen las abuelas que te pasan días antes de dar a luz. Ni siquiera había expulsado el tapón mucoso que dicen que precede al trabajo de parto. Por la mañana estuve limpiando toda la casa y por la tarde fuimos a la piscina de mi hermana. Raúl me dijo que podíamos ir dando un paseo para ver si Aday se decidía a salir. La ida la hice muy bien, la vuelta no tanto... Al salir de casa de mi hermana noté una cosa extraña, me miré, pero como no estaba mojada ni nada, no le di importancia. Fui todo el camino con alguna que otra contracción, pero tampoco me resultó raro, porque no era la primera vez que al andar tenía contracciones. El caso es que nada más llegar a casa e ir al baño, solté el dichoso tapón y rompí aguas (todo a la vez jeje). Al principio no estábamos seguros, pero cuando noté que seguía mojando no había ninguna duda, había roto aguas a las 9.15 de la noche. El momento se acercaba!!! Llamé a mis padres y a mi hermana y nos preparamos para irnos al hospital.

Nos fuimos a urgencias a las 11.30 de la noche. Mi hermana estaba esperándonos en la puerta (como trabajan mi cuñado y ella en el hospital, conocía a la ginecóloga de guardia esa noche). Me exploraron y vieron que el líquido era claro, así que no había prisas para provocar el parto. Estaba dilatada de un centímetro. Me dejarían ingresada por la noche y por la mañana, si no me había puesto de parto, me lo provocarían. La sorpresa fue que al conectarme a monitores, vieron que ya tenía contracciones rítmicas cada 4 minutos. Se sorprendieron porque según ellas no tenía mucha cara de parto. La verdad es que me dolian un poco las contracciones, pero nada que no se pudiese soportar... El momento había llegado. Aday estaba de camino!!!

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