jueves, 9 de agosto de 2012

DIEZ DIAS (y diez noches)

Aday ya tiene diez días de vida, pero en el mundo de los niños los días tienen 40 horas en vez de 24, o al menos así lo parece cuando eres madre, así que en realidad, se puede decir que ya es casi un adolescente.
El mundo de los niños no es el "País de Nunca Jamás", sino la "República Independiente de mi casa". En todo momento y a todas horas él es quien marca el ritmo y las normas.
Jamás había pasado tanto tiempo pendiente de alguien, de si respira, de que no se arañe, de que no se enfríe, de si vomita, de si tiene hipo... Si hace algún ruido raro, ya estamos su padre y yo mirando por encima de la cuna a ver que le pasa. Estamos cansados y con ojeras. Es difícil mantenerse despierta todo el día, sobretodo a las cuatro de la mañana cuando le estás dando el pecho. Por suerte, parece que el peque se va amoldando poco a poco al horario europeo y ya sólo se despierta tres o cuatro veces a lo largo de toda la noche. Poco a poco nos estamos acostumbrando a tener menos tiempo para nosotros, a salir dos horas más tarde de lo previsto, a tener que parar a la media hora de salir para darle el pecho, a dormir poco...Mentiría si dijera que no cuesta... Cuesta, pero no importa. Es sin lugar a duda, el "trabajo" más gratificante que existe en el mundo.

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