lunes, 6 de agosto de 2012

CRÓNICA DE UN PARTO: el durante

Como tenía contracciones cada 4 minutos, dudaron si llevarme a una habitación o bajarme ya a paritorios. Decidieron subirme a planta para que estuviese más tranquila. Me quede con mi hermana a solas porque Raúl fue a por la bolsa que habíamos preparado para el hospital y a cambiarse a casa de pantalones (porque había un cartel en la puerta de paritorios que ponía que no podían entrar con pantalones cortos ni zapatillas, y Raúl iba en bermudas y con chanclas jeje). Cuando llegó, mi hermana se fue para casa y nos quedamos solos en la habitación. La idea era intentar dormir algo, pero los dolores empezaron a aumentar. Sabía que cuando me empezase a doler podía pedir la epidural, y decidí no hacerme la valiente. Quedaba mucha noche por delante y tenía que guardar las fuerzas para más adelante. Llamamos a la enfermera y vino la ginecóloga a explorarme. Estaba dilatada de 3 centímetros. La cosa iba rápido y decidieron bajarme ya a paritorios para ponerme la epidural.

Nos bajaron a paritorios y nos metieron en una sala de dilatación. Bajo la anestesista al poco rato a ponerme la epidural. Me llevaron a otra sala sola para pincharme y ponerme un bolo (no sé exactamente lo que es, pero así era como lo llamaron). Luego volvieron a llevarme a la sala de dilatación donde estaba Raúl esperándome y me pusieron el segundo bolo. Pero las cosas se complicaron un poco... Tuve una bajada de tensión muy grande y empece a marearme. La sala se empezó a llenar de gente para intentar estabilizarme y echaron a Raúl. Yo no me enteré de mucho de lo que pasó en esos momentos. Cuando empecé a recuperarme vino lo peor... A Aday le había bajado mucho la frecuencia cardiaca (a 72 pulsaciones por minuto) y estaban todos pendientes del latido de mi enano por si había que hacer una cesárea de urgencia. Dejaron pasar otra vez a Raúl, que el pobre entró muy asustado. Había llamado a mi hermana porque se dió cuenta de que las cosas no iban bien... Afortunadamente sólo fue un susto y Aday empezó a recuperarse poco a poco. La mala noticia fue que no podían arriesgarse a ponerme otra vez la epidural, así que tendría que dar a luz sin anestesia.

Estuve media hora tranquila porque el primer bolo de la epidural hizo efecto, pero luego empezaron otra vez los dolores... Me desesperé un poco porque estaba dilatada sólo de 4 centímetros (la epidural había frenado el trabajo de parto), quedaba mucho por delante y si ya me dolía así, pensé que no soportaría lo que quedaba por venir. Bueno eso, y que me puse nerviosa porque en la habitación de al lado había una tía que no dejaba de gritar y que me hizo perder también a mi los papeles. Pedí otra vez la epidural (a pesar de que Raúl decía que estaba loca después de lo que había pasado), pero me dijeron que no podían ponérmela. A las 8 de la mañana cambio el turno de anestesista y valoraron ponerme un "raqui" (una anestesia que me dormiría de cintura para abajo durante un par de horas). Pero en el supuesto caso que tuviesen que hacerme una cesarea y la cosa se alargase más de dos horas tendrían que ponerme anestesia general. El caso es que cuando iban a pincharme sentí muchas ganas de empujar. La ginecóloga me exploró y sorpresa: estaba de 8 centímetros. Vieron que empujando la cosa se aceleraba y me dejaron empujando sola con Raúl. Fue un alivio, porque asi las contracciones se llevaban super bien. Dolían, pero estaba haciendo lo que el cuerpo me pedía y me encontraba mejor. Raúl me agarraba la mano cada vez que tenía una contracción y la verdad es que en esos momentos no sé que hubiese hecho sin él. Me apoyó muchísimo y fue una ayuda grandísima. Hubo un momento que sentí la cabeza del peque y Raúl llamó a la matrona. Me miró y se sorprendió. La cabeza ya estaba ahí!!! Me llevaron corriendo a paritorios. Aday iba a nacer ya!!!

En paritorios todo ocurrió muy deprisa. En tres empujones ya tenía a mi pequeño llorando encima de mi. Fue impresionante. Como no tenía epidural noté todo, y es una sensación preciosa notar a tu peque salir. Cuando le vi, se me olvidó todo lo que había pasado. Tanto dolor tenía su recompensa.

2 comentarios:

Mari Prado dijo...

ke bonitoooo!!estoy de 29 semanas y ultimamente no hago nada mas que pensar en momento de parto etc, lo que me keda claro que cada una es un mundo y que ojala yo sea tambien de las de tres empujones jajaja. un besazo y felicidades por tu enano

ARA dijo...

Hola
Lo primero de todo: gracias por tu visita!!!
Enhorabuena por tu embarazo. No te preocupes por el momento del parto, es normal darle vueltas al tema cuando el momento se va acercando, sobretodo si eres primeriza. No te voy a engañar, duele, pero de verdad que es un momento precioso. El único consejo que puedo darte es que disfrutes de ese momento, porque a pesar de los dolores, del cansancio y todo lo demás, será uno de los mejores momentos de tu vida (por no decir el mejor). Además, si fuese tan malo, no repetiríamos jeje